El nuevo protagonismo de la flexibilidad

jueves, 28 de enero de 2010

En tiempos de incertidumbre la flexibilidad es una estrategia ganadora que nos permite maniobrar de forma rápida ante cambios en el entorno. Es como tener un barco más pequeño. Es cierto que los barcos más veloces no son los más pequeños. Una mayor superficie vélica, unas líneas más alargadas permiten optimizar la navegación en condiciones adecuadas de viento y mar. Sin embargo, un casco más pequeño nos dará la flexibilidad necesaria en aguas menos profundas, entre arrecifes o en un mar incierto que requiere frecuentes e inesperadas maniobras.

Las ventas de muchas empresas no sólo han caído sino que son erráticas. Los pedidos se atrasan y han cambiado los requisitos de los clientes. Nuestro producto estrella puede ahora ser una venta secundaria. La incertidumbre afecta también a las formas y el éxito del cobro. Muchas cosas que dábamos por sentadas deben ser revisadas.

Durante la bonanza, algunas empresas se han fortalecido en forma de mayor eficiencia, mayor eficacia, pero pueden haber perdido flexibilidad. Mayor fuerza laboral, compromisos a largo plazo con proveedores y clientes, previsiones de compras y ventas se han ido estancando en un proceso en que era fácil anticipar y por lo tanto había que trabajar de forma más previsora. Las inversiones se han vuelto más importantes y por lo tanto hay más recursos encerrados en formas poco líquidas y en muchas ocasiones poco rentables. Otras empresas, demasiadas, sencillamente han engordado. Se han dejado llevar por la bonanza y han olvidado las buenas prácticas de contención del gasto etc. El lujo innecesario se ha establecido en muchos negocios. Éstos están en mayores dificultades.

La flexibilidad es una forma de trabajar y pensar que el autónomo o empresario incipiente tiene muy presente porque no tiene otra forma de empezar. La falta de recursos lleva a la creatividad aplicada a la flexibilidad. Este empresario busca la forma de sin inversiones invertir, sin recursos emprender y construir una estructura de negocio flexible con lo mínimo para ver si su idea de negocio es viable. Por algo el nacimiento de una empresa es el momento de mayor incertidumbre de su vida.

Aunque en la pyme es menos frecuente esta enfermedad que en las grandes empresas también se dan casos. El crecimiento rápido y el dinero "fácil" hacen que crecimiento, rentabilidad, eficacia y eficiencia cobren más relevancia en nuestra toma de decisiones. Es un proceso lógico pero que debemos (deberíamos) haber controlado o moderado. Claro que es importante avanzar en otras dimensiones del negocio pero se puede hacer conservando un enfoque hacia la flexibilidad que nos permita estar preparados para el cambio necesario con un barco ligero y de fácil maniobra cuando falte el viento o se vuelva incierto.

Muchas empresas están ahora revisando sus políticas de inversiones, costes, estrategias productivas etc. para aumentar o recuperar la flexibilidad. Las grandes empresas se apuntan al carro. Se dan ahora casos de empresas que a la hora de acometer una inversión en una nueva línea de producción, por ejemplo, priman la flexibilidad para hacer varios productos o una menor inversión de arranque antes que la eficacia o el coste final por unidad producida.

Como siempre lo importante es el justo medio, no "pasarse" o equivocarse y hacer una revisión de nuestro modelo de negocio de la forma más estructurada y lógica posible. La búsqueda de la flexibilidad debe hacerse desde cuatro perspectivas:

· La primera la financiera. Un análisis financiero adecuado nos habla de cómo estamos gestionando la empresa: costes fijos y variables, NOF y fondo de maniobra, endeudamiento, test ácido... Todos son formas de medir nuestra flexibilidad. Es importante tener los ratios de referencia adecuados y asegurarnos que esta información fluye de manera adecuada gracias a los sistemas de información (ERP, OLAP...). ¿Somos ágiles cobrando o arrastramos una pesada carga por mala gestión de cobro?

· La segunda es la organizativa. Miremos nuestra estructura: cómo ha crecido comparada con los ingresos. Por ejemplo: ¿Podemos subcontratar la gestión informática? ¿Tengo empleados polivalentes, formados e incentivados para aportar flexibilidad? Y así muchas más cosas.

· La tercera es la comercial: es fundamental generar ingresos de calidad, que no comprometan nuestra flexibilidad. Buscar la menor concentración de clientes, mejor varios pedidos pequeños que no grandes. ¿Estoy vendiendo productos que me ayudan a reducir las existencias?

· Por último y no menos importante: la estratégica. ¿Mi modelo de alianzas, mi definición estratégica aportan o reducen flexibilidad? ¿Dónde puedo ganar en flexibilidad? ¿debo integrar nuevas funciones o crear líneas de negocio separadas? ¿Me interesa crecer y fusionarme? Hay grandes oportunidades en el tejido empresarial español en este sentido.

No pierda tiempo. Con esta hoja de ruta en mente, haga una revisión de su empresa y empiece a tomar medidas. Navegará más ligero y más seguro.

Dedicado a Cristina G.