Orgullosos de ser Empresarios

martes, 15 de diciembre de 2009

En España todos los estamentos sufrimos las embestidas de la crisis. Los empresarios, los trabajadores, los comerciantes, autónomos, administraciones públicas, familias, asociaciones...

Además, según todos los indicadores, nuestro país está claramente en posición de descenso con respecto al resto de países desarrollados: el paro es el más alto de los países de la unión europea; la calificación crediticia a efectos de riesgo otorgada por las entidades correspondientes anda a la baja; estamos en un deshonroso cuarto puesto en cuanto a corrupción se refiere; la confianza internacional en el mercado español atraviesa sus horas más bajas desde tiempos ya casi olvidados; los escándalos y ninguneos en política exterior están a la orden del día y, en definitiva, la recuperación, como dirían por ahí, "ni está, ni se la espera".

Si este país fuese analizado por un observador independiente, ajeno a cualquier influencia y que tuviese una mínima dosis de criterio y objetividad, este observador se haría rápidamente cargo de la situación: crítica.

Es urgente no ya encontrar soluciones, sino adoptarlas sin demora. Las consecuencias de seguir en esta espiral de despropósitos podrían ser funestas no sólo para nuestra economía, sino que, si no actuámos rápido, podríamos ver hipotecado el futuro de próximas generaciones al estilo de una crisis "a la japonesa".

Con este sombrío panorama ¿alguien se atreve a decir que el barco está bien gobernado? Si fuese así ¿cómo es que somos los últimos en salir de la grave situación? ¿Por qué estando hace unos años en la misma ruta que otros vecinos, nosotros andamos hoy a la deriva mientras esos otros ya han avistado tierra?

Es evidente que el optimismo ciego y mal entendido y "buenismo" permanente no son la solución.

La solución pasa por recuperar la confianza, incentivar la contratación laboral con flexibilidad para el empresario y seguridad para el trabajador, fomentar de forma real pactos de estado en materias importantes como la educación o la sanidad por citar algunas de las áreas más importantes.

La solución pasa por impulsar la aplicación en nuestras empresas y administraciones de las nuevas tecnologías (no son palabras vacías, HAY que hacerlo); por competir en el exterior con innovación; por dotar al tejido empresarial de las armas necesarias para ganar la batalla frente a competidores de otros paises; por permitir a las empresarias y empresarios adoptar las medidas oportunas para ganar en competitividad.

Las empresas, los comercios, los autónomos, etc. generan riqueza, puestos de trabajo, mueven el mercado, atraen inversiones, exportan productos.

Por tanto, a la vista de lo anterior, de nuevo nuestro independiente observador diría: claramente ese país necesita fomentar el espíritu emprendedor, disminuir el número de funcionarios, flexibilizar el mercado de trabajo para hacer las contrataciones más ágiles y fluidas, favorecer la continuidad de las empresas, apoyarlas en sus acciones, dotarlas de instrumentos rápidos y efectivos de financiación con los que atravesar el periodo incierto en que se encuentran. En definitiva, aplicar el principio de libertad de empresa. De esta forma se ayuda, diría nuestro observador, no solo al empresario, sino también al empleado y, en definitiva, al conjunto del país.

Como desde CEOE se dice incansablemente:

"Las empresas son la fuente más importante en la creación de riqueza, empleo y prosperidad. Los límites a la actividad empresarial son límites a la salida de la crisis"

Así pues ¿cuál no es la solución? Nuestro observador independiente se llevará las manos a la cabeza si observa desde su posición objetiva e imparcial que, en lugar de todo lo anterior, el capitán del barco grita "tierra a la vista!" con una sonrisa cada vez que se dirige a la tripulación (cuando ni se avista tierra ni el rumbo a nadie le parece el correcto); cuando en lugar de adoptar medidas de fondo (léase estructurales), pretende hablar de economía sostenible únicamente mediante pequeñas pinceladas más propias de alguien que solo piensa en tener a todo el mundo contento que de un verdadero líder que sabe que en determinados momentos (los de crisis, precisamente) hay que dar la orden de remar duro en aras a alcanzar los objetivos. De otro modo naufragamos todos.

Dicho todo lo anterior, por experiencias pasadas sabemos que los empresarios haremos todo lo posible por no naufragar y, que con el apoyo y ayuda convenientes de los equipos humanos que conforman nuestras empresas, lo conseguiremos. Una vez más.

Ahora bien, si en lugar de procurarnos apoyo y si en vez de alentar el emprendimiento; si, en definitiva, en vez de despejar el camino sólo se ponen trabas con el único objetivo de no enfadar al votante (objetivo que tampoco se cumpliría en mi opinión ya que los votantes sabemos que para llegar a tierra se debe remar duro, no descansar plácidamente), llega el momento de decir BASTA.

Poco bien haríamos si llegados a esta situación escondemos la cabeza bajo tierra como el avestruz hasta que –piensa ella- pase el peligro. No es nuestro estilo ni queremos que lo sea. Y no apoyaremos a nadie que pretenda que esa sea nuestra forma de actuar.

Debemos hacer frente a la situación, trabajar más duro que nunca y remontar el vuelo. Por nuestras familias, nuestras trabajadoras y trabajadores, nuestras empresas y porque llevamos dentro ese espíritu de superación que hace que cada día presente nuevos retos y oportunidades a pesar de las dificultades y riesgos que entraña el camino.

En esa línea el pasado viernes, día 11 de diciembre de 2009, tuvo lugar la Asamblea General Extraordinaria de CROEM a la que asistimos más de 700 empresarios y empresarias de la Región de Murcia en representación de los diversos sectores empresariales. En esa línea se pronunciaban los diferentes intervinientes en el panel empresarial.

Con el lema "UP! Hagamos que esto funcione", se venía a reclamar, en definitiva, el reconocimiento debido a nuestro esfuerzo y a nuestra aportación a la prosperidad del país.

BASTA YA de ser presentados ante el resto de ciudadanos como los causantes de todos los males de esta crisis; BASTA YA de ningunear el esfuerzo y sacrificio de miles de empresarias y empresarios y sus familias que ven cada día como se les empuja al fondo del abismo sin remedio, BASTA YA de achacarnos las culpas de que no sean alcanzados acuerdos para adoptar soluciones. BASTA YA.

Hoy me siento orgulloso de ser empresario. De remar contracorriente, de saber que haremos que esto funcione y de que así seguiremos generando riqueza y prosperidad en nuestro entorno.

Y todo ello a pesar de las piedras en el camino.


Andrés Romero Mateos

Presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de la Región de Murcia


p.d. al mismo tiempo que me planteaba el escribir estas líneas, tenía lugar en Madrid una manifestación organizada por sindicatos de trabajadores. De nuevo, el observador independiente, diría: “Lógico. Los representantes sindicales también han escogido el camino del UP! ya que la situación es crítica para todos y deben reclamar soluciones”.

Pues bien, de nuevo nuestro querido observador quedaría desconcertado al conocer que el verdadero propósito de esa manifestación no era otro que el de manifestarse en contra de los empresarios. No en vano, su lema ha sido "que no se aprovechen de la crisis", culpando a los empresarios, directamente, de ses sus causantes. En fin…. el mundo al revés.